
¿Y si los futuros ministros tuvieran que se ser designados tras un proceso de selección llevado a cabo por un especialista en talento? ¿Qué tendría que haber valorado Rajoy para acertar plenamente en su decisión y no defraudar las expectativas de los miles de ciudadanos que han confiado en su capacidad para sacar adelante este país? ¿Qué experiencia, habilidades y competencias deberían tener esos hombres y mujeres destinados a afrontar semejante desafío? A escasos días de conocer la composición total y definitiva del equipo que acompañará a Rajoy los próximos años y con todas las quinielas sobre la mesa, destacamos algunas claves:
- Creatividad: tener la capacidad para generar ideas nuevas y originales y relacionar conceptos aparentemente inconexos.
- Innovación: saber cómo poner en práctica las ideas creativas de los demás, distinguir las sugerencias que darán resultado; saber cómo estimular la propuesta de nuevas ideas.
- Habilidad para motivar: crear un clima que incentiva a los demás a hacer su trabajo del mejor modo posible; poder motivar a muchos tipos de colaboradores directos y participantes de equipos o proyectos; determinar qué motiva a cada persona y usarlo para obtener lo máximo de ella.
- Agilidad estratégica: ver el futuro con claridad; poder predecir las consecuencias y tendencias futuras; poseer gran conocimiento y amplia perspectiva; ser capaz de idear estrategias y planes competitivos.
- Gestión de la ambigüedad: ser capaz de enfrentarse a los cambios de forma eficaz; poder tomar decisiones y actuar sin contar con toda la información; no alterarse ante situaciones poco concretas; poder controlar las situaciones de riesgo y de incertidumbre.
- Manejo de la visión y el propósito: poder transmitir la visión de un proyecto o un objetivo de manera que inspire y capte la imaginación de los demás; no quedarse en el presente; crear señales para incitar apoyo en torno a su visión; lograr que todos puedan captar su visión; ser capaz de inspirar y motivar a unidades u organizaciones enteras.
- Construcción de equipos efectivos de trabajo: agrupar a las personas en equipos de trabajo cuando la situación lo requiera; saber inculcar buen ánimo y espíritu en el equipo; promover el diálogo abierto, franco; permitir hacerse responsables de su trabajo; hacer que todos se sientan parte del equipo.
- Gestión a través de sistemas organizativos: diseñar prácticas, procesos y procedimientos; sentirse confortable dejando que los sistemas actúen sin su intervención directa; poder impactar en los resultados y en la gente remotamente.
- Capacidad de comunicación: comprender que la comunicación es la clave para la motivación y la credibilidad.Expresarse correctamente en varios idiomas.
- Organización: ser organizado y planificador. Lograr organizar múltiples recursos. Diseñar las actividades con el suficiente detalle. Ser capaz de obtener resultados con pocos recursos/tiempo. Anticipar y planificar posibles problemas y obstáculos.
- Decisión: tomar decisiones que cuentan con escaso apoyo; fomentar las discusiones difíciles y directas, no temer dar consejos y direcciones en época de crisis; afrontar las adversidades con decisión.
- Habilidad de negociación: ser capaz de solucionar divergencias con discreción; poder obtener concesiones sin dañar las relaciones; ser una persona directa, enérgica y diplomática a la vez; obtener rápidamente la confianza de los demás; saber cuándo es el momento oportuno de hacer las cosas.
- Experiencia en la gestión del área que le corresponda
Por último y en palabras de un buen amigo, especialista en coaching para políticos, el líder del futuro deberá ser capaz de trabajar sus habilidades de liderazgo emocional, lo que le ayudará a conectar con los ciudadanos; desarrollará la coherencia entre la persona y el personaje público que representa y profundizará en los mecanismos que generan confianza social.
¿Cuántos de los ministrables superarían la primera fase de un proceso de selección?Ahí lo dejo…
Foto: Lainformación.com
Tendremos que ver quiénes serán definitivamente los “elegidos” pero casi con toda seguridad una parte de ellos no pasarían el examen. No se trata tanto de tener formación universitaria y experiencia sino de tener habilidades sociales, saber trabajar en equipo, delegar, gestionar adecuadamente la inteligencia emocional y ser, en definitiva, buenas personas, con alma. Veremos…